En una entrevista exclusiva de La Venezolana, corresponsal Ricardo Rosales-Mesta habla con la lider Manuela Bolivar y del movimiento estudiantil
Domingo Mayo 2007 – Caracas, Venezuela.
Este pasado Domingo alrededor de la media noche, las pantallas del canal televisivo (o canal 2) quedaron en blanco para la sorpresa de propios y ajenos. La confusión y preguntas hacia esta acción llenaron de incertidumbre a varios. Las reacciones no tardaron en llegar – la emergencia de actores políticos fue casi inmediata. El grupo los estudiantes por la libertad ha surgido para contrarrestar el cierre del canal y asi para también formar una especie de oposición al grupo estudiantes bolivarianos. Este efecto llevo no solo a polarizar a los estudiantes sino también a politizar estos conflictos de forma antagónica. Los estudiantes por la libertad, quienes rechazaban que en el espacio de lo público se les describiera como estudiantes de oposición, ya que a diferencia de esta y del oficialismo, su protesta pretendía articularse en nombre de toda la ciudadanía, independientemente de su afiliación política
La postura frente al sistema político y su definición como oposición leal hicieron que los «estudiantes por la libertad» incorporaran en el debate público el discurso sobre los valores democráticos y la reconciliación nacional en un intento por construir un público alterno tanto al chavismo como a la oposición. En una entrevista en exclusiva con la líder estudiantil Manuela Bolívar, La Venezolana tuvo oportunidad de darle voz a este movimiento. La señorita Bolivar agrega que “la reconciliación partiera de la construcción de espacios públicos que permitirían el diálogo entre ciudadanos de distintas posiciones políticas e ideológicas.” Según en su Manifestación por la reconciliación, el grupo estudiantes por la libertad no solo intentaría refrescar el discurso de la oposición proponiendo un nuevo entender de los conflictos y llenando el vacío presencial de la oposición política, producto de un ciclo de desgaste, sino que, en sus inicios, también intentaron crear públicos alternos a los existentes desde los cuales pudieran dialogar los adeptos al Gobierno y los de oposición. “¿Cuántos familiares y amigos no se hablan desde hace años simplemente porque tienen una opinión diferente? Mi propia historia […] me ha enseñado que es válido pensar distinto”
Manuela Bolívar alentó a la población a atreverse a construir públicos alternos a los imperantes en la esfera pública venezolana, no solo desde los espacios públicos tradicionales como la calle, sino también desde la micropolítica y lo doméstico; es decir, desde el comedor y la sala de nuestras casas.